Coronavirus y resilencia de la Tierra

No esperemos responder la pregunta ¿Cuánto puede aguantar la Tierra? tenemos como herramientas poderosas a la ciencia, la tecnología y la cultura, es hora de tomar conciencia y asumir los compromisos en defensa de la naturaleza fuente de la vida.

ESCRIBE: Dr. Carlos A. Bocanegra García

La pandemia del coronavirus que vivimos actualmente, tiene antecedentes como el virus A(H1N1) del 2009, el virus A(H5N1), entre otras, sin embargo a la luz de los hechos es poco lo aprendido de ello, ya en el 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a la conclusión de que «el mundo está mal preparado para responder a una pandemia grave de gripe o a cualquier emergencia de salud pública que represente una amenaza semejante de alcance global y sostenida».


Las pandemias están demostrado que son eventos impredecibles, pero recurrentes, sobre todo, porque no es solo consecuencia de las condiciones ambientales, sino también de las manipulaciones que se realizan en los laboratorios como acciones de la denominada “guerra bacteriológica” que afecta la salud pública, la economía y el desarrollo de los países que la sufren. Si bien es cierto que la planificación y la preparación para estos eventos son urgentes no son tomados en cuenta, incluso en los países desarrollados que a pesar de su alta tecnología se encuentran en situación de desastre.
La pandemia del coronavirus, está poniendo en marcha un experimento ambiental mundial que no logró ninguna Convención ni Cumbre de la Tierra alguna, los niveles de contaminación atmosférica definitivamente se han reducido de más de 415 partes por millón (ppm), registrados en mayo del 2019 a valores que en pocas semanas serán motivo de publicación, pues es evidente la disminución de la circulación de transporte terrestre, fluvial y aéreo. La contaminación de los ríos, mares y océanos, también se ha reducido, es impresionante como se observa multitud de aves y de peces en el mar, y qué decir del color transparente de los ríos que ha pasado de naranja rojizo a claro. La disminución de la contaminación sonora en las ciudades, es otra muestra de la tranquilidad que se vive en estos días. Quién podría creer ver a los animales circulando libres por la tierra y al ser humano encerrado en sus viviendas, pareciera que la tierra dijo: ¡Basta!.


Muchos dicen que la Tierra está operando un respiro, otros mencionan que está buscando su equilibrio alterado por las actividades humanas irracionales, impuesto por el consumismo que valora más lo material, riqueza monetaria y desprecia lo espiritual. Desde el enfoque ecológico, se trataría de equilibrar el flujo energético entre los organismos y su entorno o medio ambiente que de no lograrse sería el colapso de la especie humana, los hechos así lo demuestran. Asistimos a buscar una explicación académica a este evento increíble, desde el enfoque antropocéntrico reduccionista la pandemia se limita a la creación de vacunas o medidas paliativas, por otra parte para el enfoque holístico o global, la pandemia implica reconocer la interacción de los factores endógenos y exógenos que conforman nuestra existencia que si la entendemos es posible que la naturaleza recobre su homeóstasis o equilibrio. Podríamos decir que este experimento mundial está develando la capacidad de resilencia de la Tierra, y si no somos capaces de valorarla podríamos llevarla a un punto sin retorno.
Es cierto que la vida también es la causa de la homeóstasis y todo ecosistema tiene una capacidad de carga o de soporte a determinados parámetros dentro de ciertos márgenes, sin embargo en las últimas décadas la capacidad de la Tierra está siendo rebasada. Los informes sobre el estado del clima, nos advierten que estaríamos en el umbral y que la vida está involucrada en la regulación del clima. La pandemia nos demuestra qué si es posible la recuperación del equilibrio de la naturaleza, no esperemos responder la pregunta ¿Cuánto puede aguantar la Tierra? tenemos como herramientas poderosas a la ciencia, la tecnología y la cultura, es hora de tomar conciencia y asumir los compromisos en defensa de la naturaleza fuente de la vida.
El manejo de la pandemia, requiere de un enfoque ecosistémico y no determinístico, es decir debe tomar en cuenta todos los actores y escenarios donde se desarrolla, no es con más hospitales e infraestructuras como se combatirá este evento, se tiene que atacar la causa y no las consecuencias. Partimos por reconocer que estamos ante una magistral clase de Ecología, Cultura, Epidemiología, de Gestión Ambiental y de Riesgos que implica manejar el ecosistema humano y animal. La Ecología como ciencia que explica las interacciones entre los componentes del ecosistema natural y artificial, nos permite conocer cómo se origina el fenómeno y que curso tendrá. La Cultura que es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. La Epidemiología como disciplina parte de la medicina que estudia el desarrollo epidémico y la incidencia de las enfermedades infecciosas en la población. La Gestión Ambiental y Gestión de Riesgos como conjunto de actividades coordinadas para prevenir, dirigir y controlar las amenazas basadas en criterios de seguridad y eficiencia económica. El problema es de todos y todos debemos ser responsables en la solución.
• Biólogo Pesquero, docente de la Universidad Nacional de Trujillo, Magister en Ecología, Doctor en Planificación y Gestión.

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