La crisis que está generando el COVID 19

Hubiera sido más conveniente que la entrega del Bono u otro subsidio se haga en domicilio a través de la entrega de una canasta de alimentos y suministro de agua, para lo cual puede utilizarse la logística de instituciones como el Ejército, PNP y otras.

ESCRIBE: Alejandro Inga Durango –

Decano del Colegio de Economistas de La Libertad

La crisis generada por el coronavirus está afectando a nuestro país y a todos los países del mundo no solo desde el punto de vista sanitario, sino también económico. Es indudable, que la economía mundial y nacional entrará a un proceso recesivo del que se saldrá más rápido si se controla con eficacia y eficiencia la propagación del virus.
En nuestro país, el Gobierno implementó, desde el 13 de marzo pasado, el Estado de Emergencia Nacional adoptando un conjunto de medidas entre las que destacan el aislamiento social obligatorio y la paralización de una gran parte de actividades económicas sectoriales. El objetivo es evitar la propagación del virus en la población; sin embargo, los resultados no han sido los deseados generando una ampliación del aislamiento por dos periodos adicionales, hasta el 26 de abril. Un poco más de 40 días el país estará casi paralizado y las empresas y familias fuertemente afectadas.


Para enfrentar el periodo de cuarentena se adoptaron un conjunto de medidas económicas tendientes a evitar el rompimiento de la cadena de pagos y de créditos, donde destaca el Plan Reactiva Perú, que pone a disposición de las instituciones financieras recursos del BCR por S/ 30,000 millones para que se canalicen a las empresas a través del crédito, con garantía estatal. Lo último propiciaría que el costo del préstamo sea reducido dado que el riesgo crediticio lo estaría asumiendo el Estado.


El gobierno, además de los gastos propios que se destinan para apuntalar el alicaído sector salud, también implementó un conjunto de medidas adicionales. Está destinando fondos para proteger a las empresas, trabajadores, y familias vulnerables. En esa orientación se encuentran los bonos de S/ 380 canalizados a familias pobres y trabajadores independientes, el subsidio del 35% al pago de planillas, recursos a todos los municipios del país para que adquieran y distribuyan productos de primera necesidad a familias indigentes, postergación en el pago de impuestos y contribuciones.
Sin embargo, la realidad de nuestro país es diferente al de otros países que no se ha tomado en cuenta en el diseño de políticas para evitar, de un lado, el rompimiento de la cadena de pagos, y de otro lado, la propagación del virus. De acuerdo a cifras del INEI, el 89,1 por ciento de las empresas en La Libertad son informales, eso quiere decir que las medidas que buscan apoyar a las empresas estarían beneficiando solo al 10,9 por ciento del resto de empresas. De estas empresas formales, el 97 por ciento son microempresas, muchas de ellas no vinculadas al mercado financiero formal, cuyo financiamiento proviene

de prestamistas informales. Casi similar estructura se tiene a nivel nacional.
El slogan utilizado en esta cuarentena es: “Quédate en casa” y “Lávate las manos de manera permanente con agua y jabón”. Las medidas adoptadas por el gobierno, en el otorgamiento del Bono de S/ 380, el retiro de la CTS y parte de sus fondos de pensiones, por el contrario, está propiciando que las personas no cumplan con el slogan difundido. Deben de salir hacia las instituciones financieras para cobrar y de ahí a los mercados para comprar víveres, generando tumultos masivos y rompiendo el aislamiento personal. Luego esa persona regresa a su domicilio después de ese largo trajín y no puede lavarse las manos por no contar con agua, a lo que se adiciona las condiciones de hacinamiento en las que vive, que facilita el contagio familiar. Hubiera sido más conveniente que la entrega del Bono u otro subsidio se haga en domicilio a través de la entrega de una canasta de alimentos y suministro de agua, para lo cual puede utilizarse la logística de instituciones como el Ejército, PNP y otras, cubriendo a todas esas familias cuyos ingresos se generan día a día.

Esa es nuestra realidad que nos debe llevar a repensar políticas adecuadas para enfrentar esta pandemia sanitaria. Nos debe obligar a repensar en el futuro del país. Sobre la necesidad de institucionalizar y formalizar al país y de priorizar el gasto público. Se requiere con urgencia reducir las brechas existentes en los sectores Salud, Educación y Saneamiento.

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